lunes, 14 de junio de 2021

15 de junio: DÍA DEL LIBRO

 

Por qué celebramos el 15 de junio como “Día del Libro”

Los argentinos tenemos nuestra propia fecha para celebrar al libro y promocionar la lectura.



En papel, electrónico, con ilustraciones, a colores, gigantes, pequeños, ideales para la cartera de la dama o el bolsillo del caballero. Hay tantos tipos de libros como lectores y todos abren universos distintos para quien lee. Por eso, el 15 de junio se celebra en la Argentina el “Día del libro”, que el resto del mundo lo festeja el 23 de abril.

La conmemoración comenzó el 15 de junio de 1908. El Consejo Nacional de Mujeres entregó ese día los premios de su concurso literario e instaló la fecha como festejo anual.  En 1924, aquel Consejo logró que el presidente Marcelo T. de Alvear firmara un decreto que declaró el día como “Fiesta del Libro”. Luego, en 1941, a instancias de una resolución del Ministerio de Educación,  se cambió la denominación por “Día del Libro”, la cual se mantiene hasta hoy.

A nivel mundial, el libro se celebra todos los 23 de abril, en conmemoración a la muerte de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, los tres en el año 1616. La fecha coincide, además, con el nacimiento de otros autores sobresalientes como Maurice Druon, Haldor K. Laxness, Vladimir Nabokov y el fallececimento de Josep Pla y Manuel Mejía Vallejo.

En honor a estos próceres de la literatura mundial la Conferencia General de la UNESCO -celebrada en París en 1995- decidió rendir un homenaje universal a los libros y los autores, instaurando el 23 de abril como el "Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor".

En la Argentina como en el mundo, la efeméride es una excusa para promocionar la lectura y valorar ese objeto maravilloso que desborda cultura.

                                 


12 consejos para fomentar la lectura de los peques de la casa


En la mayoría de los adultos siempre rondan esas ideas de que hay que fomentar la lectura de los niños, que deben leer para aprender y que es de suma importancia la creación del hábito lector desde pequeños. Y sí, es verdad, es totalmente cierto… esas ideas están cargadas de buenísimas intenciones. Lástima que muchas veces esas “buenísimas intenciones” se queden en la parte teórica y en ocasiones no lleguen a materializarse en la práctica.


Y sí, también es verdad que el día a día nos come y no tenemos tiempo para nada. Trabajar, llevarles al colegio, recogerles, comer, actividades extraescolares (baloncesto, inglés, baile, robótica,…) hacer la compra, parque, preparar el baño, la cena, preparar todo para que se duerman pronto y así poder descansar un rato… Ahora bien, ¿hay realmente hueco para fomentar la lectura en casa? La respuesta es que sí, pero hay que poner de nuestra parte organizándonos de otra manera en la cual la lectura tenga su hueco importante en el día a día de los niños (media hora será suficiente para empezar). Parece imposible, y quizás lo sea, pero hagamos todo lo que esté en nuestras manos por el bien de los pequeños.

Y es que crear el hábito lector de los peques también depende de nosotros como parte implicada en la educación de nuestros hijos, sobrinos o nietos. Así que hay que ponernos manos a la obra y sacar un poquito de tiempo para acompañarles en ese magnífico viaje como es la lectura (ya sea en papel o digital). A continuación os proponemos una serie de 12 consejos para fomentar la lectura de los peques y que la vean como algo importante para el aprendizaje y como un divertimento más en sus vidas.

1. Dedicar tiempo a los niños

Es verdad que siempre nos falta tiempo para hacer todo lo que tenemos que hacer (la compra, la comida, recoger la casa…) pero dedicarles 30 minutos para acompañarles con la lectura (leer con ellos y escucharles), e incluso 20, es fundamental para que los peques vayan adquiriendo el hábito lector.

2. Conocer sus gustos

Al igual que no a todos los niños les gusta jugar a los mismos juegos o ver los mismos dibujos, tampoco tienen porqué gustarles los mismos libros. Los padres, tíos, abuelos… conocen mejor que nadie a los peques y saben qué historias o personajes van a gustarles más.

3. Pedir consejo y conocer los libros adecuados para su edad

No obstante siempre es bueno pedir consejo a especialistas (libreros, bibliotecarios, profesores…) a la hora de adquirir o tomar en préstamo un libro. Cada libro está recomendado para una determinada edad. Elegir un libro fuera de la edad recomendada puede ser perjudicial para el niño al hacerle sentir que es demasiado difícil o fácil de entender o leer para él.

4. Proponer / recomendar lecturas y dejarles elegir

Una vez que sabemos los gustos de los peques y que tenemos una lista de posibles libros en función de su edad, es hora de hacerles nuestra recomendación y proponerles una serie de libros para que ellos elijan libremente qué es lo que quieren leer. Así se sentirán importantes en todo el proceso lector y se sentirán más implicados con el libro en cuestión.

5. Entender la lectura como un juego

Hay que conseguir que los peques vean la lectura como un juego más. Para ello se pueden programar una serie de actividades alrededor del libro, y de su historia, para que vean su parte lúdica. Como por ejemplo leer a sus peluches, disfrazarse o hacer un dibujo al finalizar la lectura. Y algo muy importante, cuando leemos a los peques es fundamental dramatizar las lecturas.

6. Crear espacios de lectura en casa y marcarse unas rutinas diarias

Al igual que en casa los peques tienen un espacio para jugar, hay un espacio para comer, hay un espacio para descansar… también tienen que tener un espacio dedicado al libro y la lectura. Esto ayudará a los peques a ver la normalidad de la lectura en sus vidas y pasará a formar parte de ellas. También es importante marcarse unas rutinas diarias para crear el hábito lector en los peques. Por ejemplo, leer cuando vuelve del colegio, leer antes de cenar o leer antes de irse a dormir.

7. Estimular a los pequeños y no presionarles con la lectura, no imponérsela

La estimulación de la lectura es fundamental para vean y sientan la importancia que tiene ésta en sus vidas, pero dicha estimulación no debe llegar a ser una imposición. Nosotros (los adultos) no todos los días tenemos un día fenomenal, e incluso normal. A los peques de la casa les puede pasar lo mismo. Pueden estar cansados, agotados o enfadados por cualquier causa. En esos días la rutina de lectura se puede romper sin ningún problema. El objetivo es que no se sientan presionados por la lectura. Y muy importante, tened en cuenta que la lectura para ellos supone un gran esfuerzo al estar aprendiendo las letras, sílabas y palabras (y a comprender lo que están leyendo) así que fuera presiones y paciencia.

8. Hablar sobre libros y asociarlos a cada momento o situación

Hay que aprovechar (de forma natural) hablar de los libros y sus historias a los peques en cualquier momento o situación que se da a lo largo del día. Esto hará que creen asociaciones positivas entre lo que están aprendiendo con la lectura y su aplicación en su vida (aunque todavía no sean muy conscientes de ello).

9. Llevarles a la biblioteca o a librerías donde entren en contacto con los libros

Hacerles ver que el mundo está rodeado de libros es fundamental, al igual que llevarles a bibliotecas y librerías (aquí englobamos las plataformas online). Enseñarles a que pueden usar dichos espacios para hojear libros y llevárselos a casa (en préstamo o comprándolos) para que ocupen un hueco en su espacio de lectura.

10. Tener siempre libros a mano

Es importante tener siempre libros a mano para que cuando llegue el momento de su lectura estén disponibles y no haya que esperar. Es por eso por lo que es interesante hacerse una lista de libros a leer por los peques para que según se vaya acercando la fecha (estimada) de lectura ya estén en la estantería del niño (o en la tablet) o se vaya un día antes a la biblioteca a por él.

11. Intercambiar libros con otros niños

Entrar en el juego del intercambio de libros con otros niños puede ser beneficioso para los peques. Es otra oportunidad para acercarse a nuevas lecturas y relacionarse con otros niños a través de la lectura.

12. Dar ejemplo

Sin duda que es uno de los consejos más importantes. Los peques son esponjas y actúan por imitación, así que qué mejor que nos vean leyendo y nos quieran imitar.










Fuente: fnartes.gob.ar / youtube.com / comunidadbaratz.com



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