Este 3 de diciembre se celebra el Día Nacional del Médico y el Día Panamericano del Médico, establecido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La fecha fue elegida en honor al Dr. Carlos Finlay, nacido en Cuba el 3 de diciembre de 1833. Este médico dedicó años a buscar la causa de la fiebre amarilla, y en 1881 [1] afirmó que la enfermedad era transmitida por el mosquito Aedes aegypti, el mismo que en la actualidad transmite los virus que producen Zika, Dengue y Chikunguya.
Todo ese esfuerzo salvó millones de vidas. Ese espíritu pionero e innovador es el mismo que impulsa a Roche a buscar soluciones para mejorar la vida de las personas. El hallazgo de medicamentos requiere también de un esfuerzo continuo.
Hace 120 años, en Suiza, Fritz Hoffmann-La Roche, con sólo 28 años de edad, fundó Roche para mejorar la vida de las personas gracias a la unión entre ciencia y negocios. La primera patente de la compañía fue para Aiodin, un medicamento para trastornos de tiroides, en 1896, luego de exhaustivas investigaciones. Y dos años después llegó el primer producto de Roche mundialmente exitoso, el jarabe para la tos de venta libre Sirolin, de agradable sabor a naranja y que se utilizó durante más de 60 años. Más tarde Roche desarrolló medicamentos para pacientes cardíacos, analgésicos, antiepilépticos y otros.
Esos logros fueron el punto de partida para innovaciones terapéuticas y diagnósticas que siguen multiplicándose hasta hoy, cuando la biotecnología permite hacer realidad la medicina personalizada, para enfermedades como el cáncer, la artritis reumatoidea y otras. Incansablemente Roche busca nuevas herramientas para que los médicos pudieran cumplir con su propósito, expresado en el juramento hipocrático: hacer de la salud y de la vida de los pacientes la primera de sus preocupaciones.
En Argentina
Históricamente, Argentina fue prolífica en médicos que han contribuido con su profesión a cuidar la calidad de vida de la población [2] . Sólo por citar algunos:
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