Carlos Cazorla, Carlitos, como lo llama la mayoría de los amigos, nació en Berisso, Provincia de Buenos Aires, allá por 1943.
Descendiente de de españoles, dio sus primeros pasos en el suburbio pueblerino, donde se confundían las casas de madera y zinc con el campo lindero poblado de horneros, cachirlas y caballos de todo pelaje. Las calles de tierra, acostumbraban a retener el entrecruce de saludos en árabe, ruso, búlgaro, que fueron aclarándose posteriormente con la recalada allí de santiagueños y otros provincianos que le confirieron las características de una ciudad policromada y rica culturalmente. Perimero el saladero, luego los frigoríficos, atrajeron gentes de distintas latitudes que se aquerenciaron a su delta y conformaron alrededor de su puerto una comunidad sencilla pero orgullosa de su origen, esperanzada y trabajadora por su futuro.
De allí viene Cazorla, quién transitó diversos oficios y actividades: canillita, operario industrial, y luego la docencia técnica, en la que inició su labor como preceptor y recorrió las jerarquías de Profesor, Director e Inspector y, fundamentalmente, Maestro de Enseñanza Práctica.
En 1990 el INTA lo convoca para colaborar en el alumbramiento del Programa Pro-Huerta, y en él siguió aportando para la capacitación de técnicos y promotores. Ha desarrollado tecnologías que tienen que ver con la facilitación de las tareas de la huerta y adaptado las mismas a personas con diversas discapacidades. Ha expuesto sus trabajos en el país y en el extranjero, en Congresos y muestras de tecnología, en las que vierte, además, su vocación poética tal como se refleja en su ya conocida "Milonga del si se puede". Sus versos empiezan a aparecer formalmente en la Antología Poética del Centro de Expresión Cultural Encuentro de La Plata, en 1996.
A su taller de Berisso suelen acudir amigos fierreros y artistas, donde entre mate, trabajo y versos, se generan las más variadas formas de verdaderas tecnologías apropiadas.
Voluntario además de la iniciativa argentina de los Cascos Blancos, llevó sus fierros, como él los llama, al Chaco Salteño en el primer operativo piloto, y colaboró con las Naciones Unidas, como Consultor, en el proyecto Alto Verá de la hermana República del Paraguay.
Autor de obras como "Viaje a la utopía", "Luis Jorge Espagueti, bombero, deportista, (una leyenda berissense)" y "Golosinas de versos", Cazorla fue también representante del quehacer poético local en múltiples eventos realizados en diferentes partes del país. Además, integró jurados en múltiples certámenes literarios y ofreció charlas sobre poesías y temas afines en diferentes ámbitos. Por otra parte, junto con otros referentes de la escritura en la región, impulsó en los últimos años una campaña para realizar un importante aporte bibliográfico a la provincia de Jujuy, que permitió abrir varias bibliotecas populares.
Falleció el 21 de agosto del año 2017 en Chascomús.
Algunas de obras
CIMARRONEANDO VERSOS
Fuente: Cazorla, Carlos. Cimarroneando versos. Buenos Aires: Bologna, 2001.
elmundodeberisso.com.ar
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