Aquí tienes un cuento infantil de los hermanos Grimm muy popular: ‘La pastora de los gansos’, una historia que habla de vanidad, engaños y castigo a las malas acciones. Disfruta de este cuento clásico junto a tu hijo y reflexiona con él sobre los valores que transmite.
TIEMPO DE LECTURA: 7 MINUTOS
Un cuento clásico sobre la mentira y la vanidad: La pastora de los gansos
Existía en un reino una reina que quedó viuda con una hermosa hija a su cargo. La joven creció y se prometió a un príncipe de un reino lejano.
Su madre preparó una buena dote para que la llevara a su nuevo hogar: una fina vajilla, una copa de oro, las más lujosas joyas y los vestidos más hermosos. El viaje hasta el castillo del príncipe lo haría con su querido caballo Falada, que tenía el don de poder hablar, y una doncella, de la que no sospechaban que fuera en realidad envidiosa y muy vanidosa.
Antes de partir, la madre de la bella princesa se hizo un pequeño corte en la mano y manchó un pañuelo blanco con unas gotas de sangre:
– Hija, ten siempre cerca este pañuelo. Velará por ti en todo momento.
La joven se guardó en el pecho el pañuelo y se despidió con cierta tristeza de su amada madre.
La pastora de los gansos: la déspota doncella y su malvado plan
Hacía mucho calor, y poco después de comenzar el trayecto hacia el castillo del príncipe, la princesa sintió mucha sed, y le dijo a la doncella:
– Trae un poco de agua en la copa de oro.
Pero la doncella, contestó altanera:
– Si quieres agua, tendrás que ir a por ella. Yo no soy tu criada.
La princesa bajó entonces del caballo y fue hasta el río para beber. El pañuelo que llevaba dijo entonces: ‘¡Si la reina lo supiera, su corazón se quebrara!’.
Poco después, volvió a tener sed, y dijo de nuevo a la doncella al pasar por una fuente:
– Trae un poco de agua en la copa de oro.
Y la doncella volvió a responder:
– Si quieres beber, tendrás que ir tú a la fuente. No soy tu criada.
La princesa fue hasta la fuente, y de nuevo el pañuelo dijo: ‘¡Si la reina lo supiera, su corazón se quebrara!’.
Pero al agacharse, la joven perdió el pañuelo sin darse cuenta, y la doncella, que sí lo vio, sonrió de forma maliciosa y se dijo:
– Ahora ya no tiene protección. Al fin puedo hacer lo que me plazca.
Cuando la princesa regresó, vio a la doncella en su caballo:
– A partir de ahora, yo montaré en Falada, y llevaré tu ropa.
La doncella amenazó a la princesa con matarla si no obedecía sus órdenes, y también si contaba algo de lo que había pasado al llegar al castillo.
La impostora suplanta el lugar de la princesa
Al llegar al castillo, la doncella se hizo pasar por la princesa, y el príncipe no sospechó nada. Solo el rey, el padre del príncipe, se quedó mirando a la princesa, vestida de doncella, y preguntó:
– ¿Quién es esa joven tan hermosa?
– Oh, es una criada que me acompañó en el viaje. Buscadle un trabajo acorde con su condición- contestó la falsa princesa.
El rey decidió que podía acompañar al pastor que cuidaba de los gansos. Y la falsa princesa ordenó que mataran al caballo Falada para evitar que dijera nada. Al enterarse, la bella princesa pidió al verdugo de su caballo que colocara su cabeza en el portón que atravesaba cada día con los gansos.
La pastora de los gansos
Cada vez que la princesa pasaba por la puerta, decía: ‘Noble cabeza de mi fiel Falada, jamás pensé verte un día colgada’. A lo que el caballo respondía: ‘ Infeliz princesa amada, hoy convertida en criada. Si tu madre lo supiera, su corazón se quebrara’.
El pastor observó con extrañeza lo que ocurría. Además, cada vez que llegaban con los gansos al prado, ella se soltaba su larga melena rubia, y al intentar él arrancarle un cabello, ella hacía que soplara el viento y se llevara el sombrero del muchacho, quien terminaba corriendo tras él. Poco después, habló con el rey y le dijo:
– Majestad, no quiero que la doncella me acompañe. Hace cosas extrañas.
Entonces le contó lo que pasaba con la cabeza del caballo y cómo conseguía que el viento se llevara su sombrero. Extrañado, el rey decidió seguirles al día siguiente para confirmar lo que le había dicho el pastor. Al ver que era verdad, le preguntó a la doncella:
– ¿Qué misterio escondéis?
Y ella contestó:
– No puedo decir nada, o me matarán.
Entonces al rey se le ocurrió algo: le dijo que se metiera en una estufa vacía y se desahogara. El rey escuchó todo lo que la joven decía desde el otro lado de la estufa:
– Ay, ¡qué desgraciada!- decía entre lágrimas la princesa- nadie sabrá jamás que soy la verdadera princesa y que aquella que dice ser la prometida del príncipe, es una simple doncella…
De cómo la princesa (o la pastora de los gansos) consiguió recuperar su lugar
El rey al fin consiguió averiguar la verdad. Mandó vestir a la joven con hermosas ropas y le contó al príncipe lo que había pasado. Al ver a la princesa verdadera, se enamoró al instante. Era la mujer más hermosa de todo el reino. Decidieron dar esa noche una cena, e invitaron a la falsa princesa. El rey le preguntó entonces:
– Y dime, princesa… ¿qué castigo piensas que debería recibir una criada que traiciona a su señor o a su señora?
Y ella, llena de soberbia, contestó:
– La muerte, por supuesto.
– Pues ese será tu castigo- dijo el rey.
Y así fue cómo la falsa princesa recibió su castigo y la pastora de los gansos, la verdadera princesa, pudo casarse con el príncipe finalmente.
Valores y temas sobre los que puedes reflexionar con el cuento ‘La pastora de los gansos’
Con este cuento de los hermanos Grimm, ‘La pastora de los gansos’, podrás trabajar estos temas:
- La envidia y la vanidad son malas consejeras.
- La traición suele recibir un castigo.
- Las mentiras antes o después salen a la luz.
Reflexiones sobre el cuento ‘La pastora de los gansos’
Este cuento, ‘La pastora de los gansos’, nos invita a reflexionar acerca de los engaños, la traición, la vanidad y la envidia:
- La envidia y la vanidad llevan a las malas acciones: La doncella sentía envidia por la hermosa princesa y deseaba usurpar su lugar. Para ello estaba dispuesto a cualquier cosa. Al principio usó la amenaza y después las mentiras.
- Las mentiras siempre terminan saliendo a la luz: Por mucho que intentes mantener una mentira, al final suele terminar por desenmascararse. Cualquier pequeño detalle hará caer una mentira. En este caso, la cabeza del caballo de la princesa resultó seguir hablando incluso después de muerto.
- Quien juega con fuego…: Ya sabes el final… ‘se quema’. Es lo que le pasó a la atrevida y vanidosa doncella, que trazó un plan peligroso para convertirse en reina y no se dio cuenta de las posibles consecuencias que tendría de ser descubierta.
«La envidia y la vanidad nos lleva a la mentira y el engaño, el odio y la frustración».
(Reflexiones sobre ‘La pastora de los gansos’)
Algunas preguntas de comprensión lectora sobre el cuento ‘La pastora de los gansos’
Ayuda a tu hijo a mejorar su atención y comprensión lectora haciendo algunas preguntas al finalizar la lectura del cuento ‘La pastora de los gansos’. Preguntas como estas:
1. En el cuento ‘La pastora de los gansos’, ¿qué le dio la madre de la princesa a la joven antes de partir para que le protegiera?
2. ¿Por qué le dijo la doncella a la princesa que no iba a por agua para ella?
3. ¿Qué hizo la doncella cuando la princesa perdió su pañuelo?
4. ¿Por qué mandó matar la doncella al caballo de la princesa?
5. ¿Cómo se dio cuenta el rey de quién era la princesa verdadera?
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