Maria Tecla Artemisia Montessori nació en Chiaravalle, provincia de Ancona, Italia el 31 de agosto de 1870 y este año se están organizando eventos, celebraciones y homenajes en varios países del mundo, que pueden consultarse en la página oficial del 150 aniversario.
Aunque se la conoce mayoritariamente por sus trabajos como pedagoga, estudió medicina, psicología, psiquiatría, filosofía, ingeniería, antropología y biología. En este artículo entrevistamos a Miriam Escacena, guía Montessori, docente y madre de dos niños, que reseña algunos detalles de la apasionante vida de Maria Montessori.
“Es importante situarse en el contexto histórico de la época, y recordar que por aquel entonces, el destino de las mujeres era prácticamente ser esposa y ama de casa, o, como mucho, maestra en una humilde escuela. Con tan solo catorce años, rompía ya toda expectativa de género cuando ingresó en la escuela técnica Michelangelo Buonarroti, muy interesada por la ingeniería y las matemáticas, disciplinas ocupadas generalmente por hombres”.
A los veinte años ya expresaba su deseo de ingresar en la facultad de Medicina, con la oposición de su padre, Alessandro Montessori, y aunque tuvo que pasar primero por estudios de Biología, con veintiséis años se convirtió en una de las primeras mujeres en obtener el título de doctora por la Universidad de Roma en la Italia de finales del siglo XIX. Se graduó incluso con honores y defendió su tesis sobre psiquiatría, “Contribución clínica al estudio de las alucinaciones de contenido antagonista”, ante un público incrédulo y expectante.
“Se atrevía siendo mujer en un momento histórico en el que el concepto de locura estaba muy ligado a los comportamientos femeninos”
Tal y como se explica en una de sus biografías publicada por RBA, “su empeño resultaba doblemente admirable, pues no solo se adentraba con valentía y rigor en una de las áreas más oscuras de la medicina, sino que además lo hacía como mujer en un momento histórico en el que, justamente, el concepto de locura, estaba muy ligado a los comportamientos femeninos. En el siglo XIX, de hecho, se consideraba que la insania de las mujeres comenzaba en los órganos sexuales femeninos; en el útero, para ser exactos”.
“Fue una mujer adelantada a su tiempo que luchó con todos los prejuicios de su época”, -señala Escacena, “tales como la propia oposición a que ingresara en la facultad de Medicina de la Universidad de Roma La Sapienza´, teniendo que incluso que interferir el Papa León XII en su admisión al decir que “no conocía autoridad capaz de negar la misión de curación de una mujer”.
Muy comprometida con la defensa de las condiciones sociales de las mujeres y niños, participó en varios congresos feministas y en sus ponencias por toda Europa pidió la reforma legal sobre el trabajo infantil, (en esa época había niños trabajando en minas de Sicilia).
Durante sus primeros años de ejercicio, trabajó como asistente en la Clínica Psiquiátrica Universitaria de Roma junto a Dr. Giuseppe Montesano. A sus veintiocho años dio a luz a su hijo Mario, fruto de una relación con el doctor que careció de todo apoyo familiar, por lo que la tuvo que ocultar su embarazo y entregar a su hijo para que fuese criado por una nodriza. La dottoressa nunca dejó de visitarle pero muy a su pesar, tuvo que esperar doce años hasta que fue posible desvelarle que era su madre.
En esta misma época (años 1898-1900), trabajó con niños con dificultades mentales que determinarían para siempre su “misión cósmica”.
Siempre se habla de una anécdota en la que observó a aquellos niños que llamaban «ineducables» mostrando una gran compasión por ellos: “Jugaban con migajas de la comida, y no precisamente porque tuvieran hambre, sino porque tenían nada para manipular o jugar con sus manos. La doctora supo que, aunque las potencialidades de aquellos niños estaban disminuidas, podían ser desarrolladas, y que eran dignos de una vida mejor sin representar una carga para la sociedad”.
Aunque aquellos niños eran considerados “indeducables”, para la doctora eran dignos de una vida mejor sin representar una carga para la sociedad.
Estudió los trabajos de dos médicos franceses, Jean Itard y Éduard Séguin, así como del pedagogo suizo Johann Heinrich Pestalozzi, desarrollando su propio método (aunque a ella ésta denominación no le gustara) basado en la observación científica, la experimentación sensorial, así como en la preparación del adulto, componiendo así la famosa triada del éxito.
Su gran ansia de saber fue guiando sus estudios hacia la filosofía y antropología, así como la antropometría, mientras paralelamente iba adquiriendo una postura intelectual de mediación entre el evolucionismo conservador y el transformista-ambientalista.
Durante los años 1900 a 1907 continuó con su práctica médica mientras daba numerosas conferencias y comenzaba a escribir “La antropología pedagógica”.
Eduardo Tálamo inauguró la primera Casa dei Bambini, cuya dirección confió a Maria Montessor
El 6 de enero de 1907 el ingeniero Eduardo Tálamo inauguró la primera Casa dei Bambini en el popular barrio de San Lorenzo Extramuros de Roma, cuya dirección confió a Maria Montessori. Se trataba de un proyecto social y educativo dirigido a niños de tres a seis años de familias humildes (muchas de ellas analfabetas).
En este lugar Maria Montessori quiso devolver la dignidad a los niños, comenzando por trabajar la higiene y los modales, (recordemos que en esa época no había alcantarillado), lo que después sería una de las áreas más importantes de su método pedagógico: vida práctica.
En las aulas dirigidas con ella se rechazaban premios y castigos, se buscaba que los niños encontrasen satisfacción por construir su propio aprendizaje, así como por desarrollar autonomía para realizar solos los trabajos que se les proponía.
Ante la sorpresa de la sociedad, estos humildes niños aprendían con mucho interés, entusiasmo y compromiso, comenzaban a “normalizarse” siendo amables y respetuosos, e incluso algunos de ellos empezaron a leer y escribir con tan solo cuatro o cinco años, fenómeno que conmocionó al mundo. Así fue como esta primera casa de niños se convirtió un centro de investigación y modelo pedagógico en el que se desarrollaba al niño con dignidad, libertad, responsabilidad e independencia.
En 1909 la dottoressa daba su primer curso de Guías Montessori y publicaba “El método de la pedagogía científica aplicado a la educación de la infancia”; es así como se inicia la difusión internacional del Método Montessori, en gran parte gracias a la ayuda de Alice Franchetti.
Comenzaron a abrirse más Casas de los Niños y Montessori empezaba a desarrollar la idea de que existían períodos sensiblespara algunos aprendizajes. Las Franciscanas Misioneras de Maria (FMM) se interesaban también por su método para aplicarlo en las escuelas de niños pobres.
En aquella época María Montessori instaló su residencia en Barcelona, ya que allí había un gran interés en su modelo pedagógico para las escuelas de habla catalana que se empezaban a crear. Allí se quedaría hasta el estallido de la guerra civil en 1936 mientras alternaba viajes a Roma, Londres y París.
Durante esos años realizó también su primer viaje a EEUU, invitada por el inventor del teléfono Alexander Graham Bell, su esposa y su hija. Figuras tan relevantes como Thomas Edison y Helen Keller, educada por la gran Anna Sullivan, también quedaron maravillados con su concepción de la educación. Más tarde se fundaría la American Montessori Society.
María Montessori instaló su residencia en Barcelona, ya que allí había un gran interés en su modelo pedagógico para las escuelas de habla catalana que se empezaban a crear.
Durante los años 1914 y 1917 se produce una gran divulgación y expansión del método por los Estados Unidos, llegándose a instalar un aula con las paredes de cristal que atrajo a miles de espectadores que observan un grupo de 40 niñas y niños de entre 3 y 6 años trabajando.
En esta época está ocurriendo también la primera Guerra Mundial y Maria Montessori empieza a sufrir las primeras críticas a su obra, encarnadas principalmente en William Kilpatrick.
En 1923 el régimen de Mussolini funda la Opera Nazionale Montessori y empieza a abrir escuelas con el nombre de la pedagoga, pero esto supondría un conflicto para Maria Montessori, quien más tarde rechazaba esta “ayuda” al advertir que sus verdaderos fines eran el adoctrinamiento político a través de maestras afines al fascismo que educaban en ideas belicistas.
El desencuentro con el régimen fascista haría que le abriesen un expediente político contra ella y su método.
En 1929 se celebró el primer Congreso Montessori Internacional en Dinamarca, y se fundó la Association Montessori Internationale con sede en Holanda, con la finalidad de salvaguardar su legado y promover los principios su práctica metodológica.
El desencuentro con el régimen fascista haría que le abriesen un expediente político contra ella y su método, y fuese una perseguida política y espiada por agentes de la O.V.R.A. (Organización de Vigilancia de la Represión del Antifascismo) hasta el punto de tener que exiliarse de su país natal con 63 años, (mientras sus escuelas eran clausuradas), siendo acogida nuevamente en Cataluña.
A pesar de la persecución política y las críticas a su método (por parte también de la Iglesia), Montessori continua su labor dando congresos, y en el celebrado en Roma en 1934 acuden personalidades políticas de 17 países, entre ellos Jean Piaget por parte de Suiza, considerado padre de la psicología evolutiva.
En 1936 se traslada a vivir a Amsterdam y en 1939 inicia un viaje a la Indica junto a su hijo Mario, invitada por la Sociedad Teosófica de Adyar.
En 1939 estalla la segunda guerra mundial, y Maria queda atrapada en la India.
En esta época, después de haber vivido la Gran Guerra y la guerra civil española y en torno a sus setenta años, empieza a desarrollar su idea de educar para la Paz, encontrando en los principios teosóficos una base espiritual muy acorde con esta idea. En 1939 estalla la segunda guerra mundial, y Maria queda atrapada en la India junto a su hijo Mario, donde desarrolla la Educación Cósmica, que es la base del currículo de primaria.
En 1947, puede regresar al fin a su país, y a sus 77 años se la reciben en Italia con honores, volviendo a abrir las Casa de Niños, se refundando la Opera Nazionale Montessori. Ese mismo año vuelve a viajar a la India y elabora su teoría pedagógica y evolutiva para el período de 0 a 3 años, publicando La mente absorbente en 1949. Empieza a dar conferencias en la UNESCO y es nominada en tres ocasiones al Premio Nobel de la Paz entre sus 79 y 82 años, aunque nunca llega a concedérsele.
María Montessori nunca dejó de trabajar por y para la infancia.
María Montessori nunca dejó de trabajar por y para la infancia, de hecho, antes de su muerte ya había planeado un ciclo de conferencias en África al haber sido invitada por el presidente de Ghana. Falleció a sus 82 años en Noordwijk aan Zee, (Holanda), dejando un gran legado que hoy en día es más necesario que nunca.
Jiddu Krishnamurti decía que “no es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma”, y Maria Montessori, al igual que Mandela, estaba convencida de que la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo.
Tal vez el epitafio que se encuentra en su tumba ayude a entender su visión y así sumarnos a su causa: “Ruego a los queridos niños que todo lo pueden, se unan a mí para la construcción de la paz entre los hombres y el mundo”.
Fuente: yosoymujer.es / youtube.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario