sábado, 7 de mayo de 2022

El hombrecito verde y su pájaro de Laura Devetach



 El hombrecito verde de la casa verde del país verde tenía un pájaro. Era un pájaro verde de verde vuelo. Vivía en una jaula verde y picoteaba verdes verdes semillas. El hombrecito verde cultivaba la tierra verde, tocaba verde música en su flauta y abría la puerta verde de la jaula para que su pájaro saliera cuando tuviera ganas. El pájaro se iba a picotear semillas y volaba verde, verde, verdemente. Un día en medio de un verde vuelo, vio unos racimos que le hicieron esponjar las verdes plumas. El pájaro picoteó verdemente los racimos y sintió una gran alegría color naranja. Y voló, y su vuelo fue de otro color. Y cantó, y su canto fue de otro color. 
Cuando llegó a la casita verde, el hombrecito verde lo esperaba con verde sonrisa.–¡Hola, pájaro! –le dijo. Y lo miró revolotear sobre el sillón verde, la verde pava y el libro verde. Pero en cada vuelo verde y en cada trino, el pájaro dejaba manchitas amarillas, pequeños puntos blancos y violetas. El hombrecito verde vio con asombro cómo el pájaro ponía colores en su sillón verde, en sus cortinas y en su cafetera.–¡Oh, no! –dijo verdemente alarmado.
Y miró bien a su pájaro verde y lo encontró un poco lila y un poco verde mar.–¡Oh, no! –dijo, y con verde apuro buscó pintura verde y pintó el pico, pintó las patas, pintó las plumas. Pero cuando el pájaro cantó, no pudo pintar su canto. Y cuando el pájaro voló, no pudo pintar su vuelo. Todo era verdemente inútil.

Y el hombrecito verde dejó en el suelo el pincel verde y la verde pintura. Se sentó en la alfombra verde sintiendo un burbujeo por todo el cuerpo. Una especie de cosquilla azul.
 Y se puso a tocarla flauta verde mirando a lo lejos. Y de la flauta salió una música verde azul rosa que hizo revolotear celestemente al pájaro.




                     ¿Cómo podemos trabajar este cuento?

       
  • Dialogar acerca de lo que estaba acostumbrado a hacer el pájaro todos los días.
  • Preguntarse qué pasó con él cuando descubrió colores diferentes.  ¿Por qué creen que se alarmó su dueño?  ¿Qué hizo entonces?  ¿Qué es lo que no pudo pintar?
  • Cerrar los ojos y escuchar la música de una canción (León Gieco) ( Victor Heredia).
  • Imaginar paisajes y colores de cielo, nubes, estrellas, campos, flores, árboles, semillas, mariposas, piedras, montañas, etc.
  • Conversar en grupo sobre lo que cada uno imaginó y sintió.
  • Confeccionar una lista de las cosas que podemos crear libremente, de acuerdo a nuestra edad:  en la casa, en la escuela, en el barrio.
  • Seleccionar las que podrían formar parte de las normas de convivencia en el aula.
  • Realizar una convocatoria a una Muestra sobre el “Derecho a la participación y la libre expresión” donde cada uno de los participantes se manifieste de la forma que más le satisfaga: a través de la música, la poesía, el dibujo, la expresión corporal, el cine, el teatro, los títeres, etc. .

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